Documentación enviada a esta publicación:
Poema "Nanas de la cebolla" recitado por Claudia Vizcaya:
Espacio dedicado a la labor revolucionaria del soldado y poeta comunista Miguel Hernández.
El objetivo de este blog es la difusión de la labor periodística y revolucionaria de Miguel Hernández, de quien principalmente se conoce su ...
Documentación enviada a esta publicación:
Poema "Nanas de la cebolla" recitado por Claudia Vizcaya:
El 28 de marzo de 1942 murió Miguel Hernández. Murió de enfermedad, de maltrato, de soledad, de abandono, de dignidad. Y ya. Su temprana muerte impidió su desarrollo. Nos lo dejó tal como fue, sin saber qué hubiera sido si hubiera sobrevivido hasta la transición, por ejemplo, o si hubiera vivido el exilio. Su labor poética fue tan específica y necesaria que difícilmente se puede encontrar poeta alguno que nos recuerde a él.
¿Qué quedó, dónde quedó Miguel Hernández después de su muerte? Canciones, recitales, memoriales, nombrar con insistencia su vida, su poesía, su labor revolucionaria con la esperanza de que no muera todo cuanto fue, salvar la dignidad antifascista pasando de mano en mano, de boca en boca, su palabra.
Esta entrada está abierta a colgar en ella cuanto se editó y se hizo a la muerte de Miguel Hernández sobre su obra. A buscar su influencia literaria, o su influencia humana.
Detención
Miguel Hernández fue detenido el 30 de abril de 1939. El 9 de marzo abandonó Madrid a pie hasta las afueras acompañado por José María Cossío. A pie, llegó a Cox, en Alicante, donde se encontraba su familia. Había renunciado al asilo de la embajada chilena que le brindara el diplomático y escritor Carlos Morla Lynch. Tampoco subió al Stanbrook, el barco al que intentaron subir miles de personas con intención de exiliarse antes de la llegada de los mercenarios italianos de Gambara y las tropas de la insurrección franquista. Permaneció en Cox hasta terminada la guerra. De su pueblo natal, Orihuela, no recibió ayuda ni protección. Tras encomendar por carta a su mujer y a su hijo a Miguel Cossío partió para Sevilla en busca de Jorge Guillén y otros amigos.
El poeta falangista Eduardo Llorent Marañón le recomendó a un amigo en Sevilla, pero no funcionó y continuó vagando por Andalucía en busca del poeta gaditano Pedro Pérez Clotet, por si le consiguiese un trabajo en el campo. La última carta dirigida a Josefina como hombre libre data del 29 de abril de 1939.
Detenido por la policía portuguesa en Moura, fue entregado el día 3 de mayo a las autoridades españolas en Rosal de la Frontera, donde fue sometido a un interrogatorio inclemente. Salvó, de momento, la vida, aconsejando a sus torturadores no se repitiera lo de Lorca, algo poco recomendable para el régimen, dada su repercusión internacional.
La primera carta de hombre encarcelado se la remitió a Josefina el 6 de mayo; en ella le pedía ayuda para ser trasladado a Orihuela. Le relata también cómo es humillado y apalizado: su irrenunciable lealtad a su ideología política le llevó a ser golpeado hasta orinar sangre.
De Huelva fue trasladado a Madrid el 9 de mayo y allí permaneció detenido “ignorando las causas”: casi tres semanas después de su traslado a Madrid , aun se desconocía oficialmente la situación legal de Miguel Hernández.
Excarcelado por oficio gubernativo, fue puesto en libertad de forma insólita el 15 de septiembre de 1939 por el gobernador civil de Madrid, y, en consecuencia, el 7 de octubre no pudo celebrarse el juicio sumarísimo por incomparecencia del acusado. El 9 de octubre se decreta de nuevo su búsqueda.
Terminando su periplo por diferentes cárceles y encierros, fue condenado a muerte el 30 de enero de 1940. Seis meses después, Franco le conmutó la pena por la de treinta años de reclusión mayor. El 29 de junio de 1941, procedente del de Ocaña, ingresó en el Reformatorio de Adultos de Alicante.
La falta de organización, la negligencia, la ineficacia administrativa de un gobierno golpista preocupado en eliminar toda la población opuesta o con capacidad de cuestionamiento haciendo uso de los juicios sumarísimos, tema este merecedor de una sección propia, llevaron a la excarcelación momentánea del poeta y a la aparición de dos juicios sumarísimos de urgencia paralelos, uno de los cuales continuó instruyéndose después de su muerte, hasta que el 19 de junio de 1942 el auditor de guerra de Alicante decretara el sobreseimiento de estas acusaciones por óbito. El 28 de marzo había muerto Miguel Hernández. Las irregularidades en el proceso hacen farragoso entender cuáles fueron los cargos de los que fue acusado; básicamente de su labor propagandística y periodística, su participación en el 5º Regimiento, su ideología comunista, aderezado todo esto con los informes adversos enviados por el alcalde de Orihuela.
La etapa de encarcelamiento del poeta es una de las más intensas por él vividas, incluyendo en la intensidad la producción literaria poética y epistolar. Gracias a la conservación de las cartas recibidas y enviadas durante esta época podemos comprobar la dignidad inquebrantable del hombre que supo estar por encima de la actitud de los intelectuales, aceptando el aislamiento y la soledad reflejada en sus últimos poemas. Del hombre que supo estar en su sitio superando el miedo a la muerte ante las ofertas ignominiosas de salvación.
Bibliografía: El otro sumarísimo contra Miguel Hernández / E. Cerdán Tato
JUICIO
En este apartado se hablará de algo más que del juicio de Miguel Hernández, el cual, como comentamos en el apartado Encarcelamiento, no estuvo exento de irregularidades fruto de la prisa por matar a toda la población calificada de sobrante por los sublevados, es decir, por llevar a cabo el genocidio de rojos, no católicos, homosexuales, etc, lo más rápido posible. Hablaremos del sistema penal y carcelario franquista, diluyendo la figura del poeta en la de todas las mujeres y hombres represaliados y exterminados por el Régimen.
Tras el golpe de Estado contra el gobierno legítimo de la II República, el 1 de octubre de 1936, Franco fue nombrado Jefe de Estado, Jefe de Gobierno y Generalísimo de todos los ejércitos.
Para perpetrar el genocidio, los golpistas necesitaron poner en práctica un modelo de represión, vigilancia y delación. La Dictadura franquista tuvo una aplicación práctica en el ámbito penal, instaurando un sistema de obediencia a la normativa promulgada capaz de permitirle sobrevivir al margen de la lógica imperante en los países democráticos.
Al comenzar la guerra, los militares golpistas del 28 de julio de 1936, declararon el Estado de guerra, con lo cual, a muchos de los delitos les fue aplicable no el Código Penal vigente en la República, sino el Código de Justicia Militar, convirtiendo en delito de rebelión lo que antes fuera delito contra el orden público. De ese modo, como si de una burla terrible se tratara, quienes permanecieron fieles a la República fueron los condenados por adhesión a la rebelión.
Después del Golpe contra la República, la Junta de Defensa Nacional asumió todos los poderes en Justicia, hasta la creación del Alto Tribunal de Justicia Militar, reemplazado posteriormente por el Consejo Supremo de Justicia Militar con la ley de 5 de septiembre de 1939.
Franco fue designado por el resto de militares sublevados que integraban la Junta de Defensa Nacional jefe de Gobierno del Estado español y generalísimo de las fuerzas nacionales de tierra, mar y aire, asumiendo todos los poderes del Estado, adquiriendo poder para firmar leyes, decretos, decretos-leyes. Así fue, como, con naturaleza de decreto, se pudieron dictar leyes que, en realidad, eran leyes ordinarias.
Una de las penosas características del Régimen Franquista fue la utilización y abuso de los juicios sumarísimos. Un juicio sumarísimo es “un proceso judicial en el que las distintas partes ordinarias del mismo se acumulan en un solo acto y, generalmente, en un solo momento, de tal suerte que se instruye, aportan y valoran las pruebas, juzga, condena y se ejecuta la sentencia en un plazo brevísimo, incluso solo de horas.” Podían realizarse incluso en ausencia del acusado, declarándole en rebelión.
Miles de personas fueron juzgadas y condenadas utilizando juicios sumarísimos de forma absolutamente absurda, tanto si comparecían como si no, algunos sin haber sido detenidos o estar ya muertos a causa de los malos tratos recibidos y/o las condiciones de las prisiones, en muchas ocasiones centros habilitados para tal menester donde se hacinaban cientos de personas sin apenas sitio para permanecer de pie ni mucho menos tumbadas, habiendo, por ejemplo, de avisar para girar todos al mismo tiempo cuando intentaban dormir en las noches plagadas de chinches, piojos e insalubridad, entre otras situaciones inimaginables.
El delito de rebelión militar fue el medio más empleado de acusación en los juicios sumarísimos. Después de marear, perder sumario, emprender dos sumarios paralelos, no enterarse ni ellos mismos de qué acusaban a Miguel Hernández, este fue condenado por rebelión militar.
Bibliografía: El régimen penal y penitenciario franquista. Jorge J. Montes Salguero.
Cambio de paradigma en el
pensamiento y la sensibilidad del poeta.
Durante su estancia en la capital madrileña en 1934, Miguel Hernández pudo conocer La escuela de Vallecas, conectando en particular con la sensibilidad de algunos de sus miembros, como Benjamín Palencia, Alberto Sánchez y Maruja Mallo, una sensibilidad en conexión con el origen del poeta, con el punto de mira puesto en el campo, en la tierra, en lo rural, desarrollada con los campos de Castilla como referencia. De suma importancia fueron para el desarrollo de la obra de Miguel Hernández los paseos por los campos de Vallecas en compañía de Alberto Sánchez, original de un pueblo de Toledo, como Benjamín Palencia lo fuera de otro de Albacete. Es a este último a quien le pide la realización de las ilustraciones de su poemario "El rayo que no cesa."
La estancia en Madrid llevaría a Miguel Hernández a un cambio radical tanto en su manera de ver la vida como en su obra. Con una fuerte influencia religiosa en su educación, abandonará el conservadurismo que venía arrastrando desde Orihuela para cambiarlo por la liberación de un medio urbano, laico, libre de la opresión de las gentes por las gentes propia de los pueblos de la España de la época, atenazados por las costumbres, el caciquismo y la Iglesia. Dentro de la labor opresora de la Iglesia, se debe de llamar la atención sobre el importante papel jugado por la mujer como transmisora de sus valores. No es de extrañar pues, que en la búsqueda de la libertad, Miguel Hernández viviera romances o mantuviera estrecha amistad y correspondencia con mujeres como Maruja Mallo y María Cegarra.
Miguel Hernández comienza a ver el campo como un valor estético lejos del carácter católico moralizante impreso anteriormente en sus versos. Aprende a disfrutar del paisaje sin buscarle simbolismos teológicos. Podemos ver la enorme diferencia entre La Morada, poema dedicado a María Zambrano, colaboradora de la revista Cruz y Raya y con quien fue puesto en contacto por José Bergamín en el verano de 1934, durante su viaje a Madrid con motivo de la publicación en dicha revista de su auto Quien te ha visto y Quién te ve y Sombra de lo que eras, con las palabras dedicadas a Alberto Sánchez en Alberto el vehemente, escrito en 1935.
¡Apunta Dios!, la espiga, en el sembrado,
florece Dios, la vid, la flor del
vino.
[...] Pan y pan, vino y vino,
Dios y Dios,
tierra y cielo [... ]
¡Qué morada es Castilla!
¡qué
morada de Dios y qué amarilla!
¡Qué solemne morada
de Dios
la tierra arada, enamorada,
A puñetazos y dentelladas están hechos sus montes,
sus esculturas, pues no
quiere más cincel que su
puño ni más martillo que su
sensualidad. Este es el
hombre. Va descalzo, desnudo y
sin sombrero sobre
los rastrojos agresores y las piedras
voraces, y no
teme, pero busca los alacranes y
las víboras para
entusiasmar a palos
y a pedradas el rencor y el veneno de siempre
[...] el toro en celo, la piedra en
corriente, el hacha
en alto y el hombre en trabajo. Y
todo lo recoge y cuaja en
piedra, carbón y arcilla. Es
el único escultor del rayo [...]
Como le confesará el propio poeta a Juan Guerrero Ruíz en una carta en 1935, el recuero del auto antes citado le causa vergüenza:
Ha pasado algún tiempo desde la publicación de esta
obra, y ni pienso ni siento muchas
cosas de las que
digo allí [en el auto], ni
tengo nada que ver con la
política católica y dañina
de Cruz y Raya, ni mucho
menos con la
exacerbada y triste revista de nuestro
amigo Sijé.
En el
último número aparecido recientemente
en El
Gallo Crisis sale un poema mío escrito hace
seis o
siete meses: todo él me suena extraño. Estoy harto
y
arrepentido de haber hecho cosas al servicio de Dios
y de la
tontería católica. Me dedico única y exclusivamente a
la canción y a la vida de tierra y sangre adentro: estaba mintiendo
a mi voz y a mi naturaleza terrena hasta más no poder, estaba traicionándome
y suicidándome tristemente.
De las ataduras y la oscuridad del pensamiento religioso a la vitalidad y la luminosidad de la naturaleza por la naturaleza y la vida por la vida, liberación expresada en los versos de su poema Sonreídme:
Me libré de los templos: sonreídme,
donde me consumía con tristeza de lámpara
encerrado
en el poco aire de los sagrarios.
Salté al monte de donde
procedo,
a las viñas donde halla tanta hermana mi sangre,
a
vuestra compañía de relativo barro.
Los compañeros de la Escuela de Vallecas ayudaron a Miguel Hernández más que a descubrir la vida a reencontrarse con ella. No es casualidad que la Escuela tomara el nombre de un barrio obrero ubicado entonces en las afueras de Madrid; es una correspondencia con los ideales de sus miembros, en particular con Alberto Sánchez, quien, tras la Exposición de Artistas Ibéricos no marchó a París, sino que decidió quedarse a resignificar el arte nacional, abriendo camino a la creación de un arte revolucionario. De ahí los largos paseos por la campiña vallecana antes aludidos a los cuales se uniría Benjamín Palencia, y también Maruja Mallo, Rafael Alberti y el propio Miguel Hernández quien llegó a escribir un ensayo sobre el escultor toledano, alabando su forma de exaltar la vida del campo.
vida rural que se meta en mi vida,
como un lucero
cruzando el espacio; luz que aclare
los sentidos de
los que anima a los cerros con
carrascos, con vida, de
piedra, con alma de bueyes y espíritu de
pájaro; también los machos y las hembras sobre los montes
trazados en cono, con esparto y tomillo; y bramando
como
el toro cantado por el cuclillo al sol del mediodía,
en verano.
CARTAS
Allá va mi carta cálida,
Y mis heridas serán
los derramados tinteros,
las bocas estremecidas
de rememorar tus besos,
y con su inaudita voz
han de repetir: te quiero.
Casi tan importante como su labor poética fue la obra epistolar de Miguel Hernández. La correspondencia mantenida con Pablo Neruda, con Miguel Aleixandre, sus amigos, la mantenida con Josefina Manresa, con sus amantes, con Ramón Sijer y el pasado dejado en Orihuela tanto física como mentalmente, con aquellos que intentaron ayudarle cuando cayó en las manos de los franquistas, incluidos quienes intentaron hacerle renegar de sus ideas sin ningún éxito.
Comenzando la sección por la correspondencia con Josefina Manresa, debemos aclarar las dos fases de su relación; antes de ir a Madrid, Miguel H. se comunicará con ese amor inevitablemente casto dejado en Orihuela, mientras que, durante su permanencia en la gran ciudad, intentará, sin conseguirlo, que dicho amor comprenda el cambio operado en su vida. No lo entenderá, Josefina, y romperán la relación.
Miguel Hernández, hombre él, contaba con la movilidad propia de su género en la época, movilidad negada a las mujeres. Desde la condena a la mezquindad de los pueblos y los encierros en las casas, de las Iglesias, la religión y las costumbres, poco o nada podían entender las mujeres que se quedaban atrás y, sin embargo, no hacían nada tampoco por romper con la tradición, los curas, las familias agobiantes, antes, al contrario, defendían ese orden de las cosas, convirtiéndose con ello, en guardianas de la moral establecida. Ese fue el caso de Josefina Manresa. Por supuesto, es esta una cuestión a debatir, hasta dónde lo fue o no lo fue y por qué lo fue.
Miguel vivió en Madrid una libertad negada en la cerradumbre de un pueblo, incluyendo en esa libertad el conocido romance con Maruja Mallo y la amistad con María Cegarra, con quien también se escribió, para acabar volviendo a la relación con Josefina Manresa, la cual, además de darle siete hijos de los que sobrevivirían cuatro, no le abandonaría en los peores momentos de su vida, permaneciendo, a través de las cartas, con él hasta el final.
¿Fueron escritas las cartas a una Josefina idealizada, a una representación del amor en la mente del poeta que poco tenía que ver con la Josefina de carne y hueso?
Es probable. A Miguel Hernández le ahogaban las relaciones de su pueblo y parecía que no le terminaban de satisfacer o no se terminaba de adaptar a las relaciones de los grupos bohemios de la ciudad, que no eran, ni mucho menos, las de todo Madrid. Hubieran podido llegar a serlo, hubieran podido abrir muchas más puertas cerradas a cal y canto en las mentes de sus conciudadanos por una sociedad represiva de haberse mantenido el gobierno más progresista de la República o triunfado la Revolución en la guerra.
Bibliografía:
-Cartas a Josefina Manresa de Mª Paz Hernández Egido (Disponibles en PDF gratuito en la página del Instituto Cervantes).
-Cartas a Josefina por la autora Concha Zardoya (Disponibles en PDF gratuito en la página del Instituto Cervantes).
La labor de Miguel Hernández en el
frente fue principalmente periodística y propagandística, una labor
que, contra lo que pueda parecer, exigió su presencia física como
un soldado más luchando codo a codo junto a sus compañeros, lejos
de la distancia y la comodidad de los intelectuales.
Las publicaciones en las que participó Miguel Hernández fueron creadas de acuerdo a los postulados de Lenin, quien consideraba necesario valerse de los medios de comunicación de masas otorgando un valor preeminente a la creación de un órgano de prensa regular del partido. Si bien para Lenin, según sus propias palabras, la tarea de la democracia consiste en transformar, por medio de la propaganda, la agitación y la organización de los obreros en una lucha de toda clase, para los comisarios políticos durante la Guerra Civil, esa unidad debía de conseguirse a través de la creación de un órgano central, un periódico del regimiento con difusión por todo el frente.
Durante su viaje a la Unión Soviética se produjo el intercambio cultural tan valioso para el poeta, gran admirador del pueblo y la causa rusa, quien lo pondría en práctica a su regreso a España.
Según la teoría de la propaganda de Lenin, solo las personas dotadas para esta labor deben de ocuparse de ella por entero. La labor del periódico no es solo la difusión de ideas, la educación política, la agitación; funciona como organizador colectivo, ayudando a crear una organización permanente.
De un modo más amplio, el gobierno republicano durante la Guerra Civil no se limitó a institucionalizar la información: además de cumplir con las directrices marcadas por el Ministerio de Guerra, fomentó y potenció la participación. Los periódicos del frente debían de constituir un vehículo abierto de comunicación, tarea encomendada a los Comisarios de Guerra. Siguiendo con las máximas de la República, cultura y participación para todos, se dejó siempre espacio a la participación popular.
El periódico cumplía con las exigencias del analfabetismo de muchos de los soldados de la época, constituyendo la vía propagandística y de educación política por excelencia. El periódico, el panfleto y la cuartilla repartidos en fábricas, en el frente, fueron el medio de difusión ideológica de la República, el medio de comunicación entre el Comisariado de Cultura y el pueblo, de ahí la importante labor desempeñada por los comisarios políticos como Miguel Hernández.
El comisario político era el encargado de que no faltara el periódico en el frente. Iba este dirigido a los soldados republicanos, con el objetivo de fomentar la unidad en la eliminación del fascismo, incluyendo, por lo tanto, la captación del enemigo para su conversión en amigo.
Se trataba de unir la labor propagandística con la periodística, por ello se adaptó a las nuevas concepciones periodísticas la forma literaria con mayor aceptación entre los soldados del frente: la poesía, haciendo de Miguel Hernández una de las personas idóneas para desempeñar el cargo de periodista-propagandista-poeta.
Miguel Hernández participó en las siguientes publicaciones durante 1937:
-Al ataque; órgano de la Brigada del Campesino, de la 1ªBrigada Móvil de Choque y, finalmente, de la 46 División. Participaron también en esta publicación Rafael Alberti, Vicente Aleixandre y Carlos J. Contreras, el conocido brigadista cubano como “comandante Carlos”.
-Milicia popular, diario del 5º Regimiento de Milicias Populares.
-Ayuda, semanario de la solidaridad. Editado por Socorro Rojo Internacional y dirigido por M.ª Teresa León.
-La voz del combatiente, diario de los Comisarios de Guerra del Ejército del Pueblo.
-Acero, órgano de la Agrupación Modesto.
-Nuestra Bandera, órgano del Partido Comunista (S.E.I.C)
-Avanzadilla, boletín del 5º Regimiento de la 30 Brigada.
-Pasaremos, órgano de la 11 División
-Y la más emblemática de todas, por cuya intervención en ella desde el veintiuno de marzo al veinte de mayo, es especialmente recordado, la revista del Altavoz del Frente Sur: Frente Sur.
El objetivo de este blog es la difusión de la labor periodística y revolucionaria de Miguel Hernández, de quien principalmente se conoce su obra poética. Tanto su poesía como su vida adulta desde el momento en que toma conciencia de clase y se define ideológicamente, son una entrega a la revolución que venía gestándose como respuesta al alza del fascismo en toda Europa y, particularmente, en España.
En el blog expondremos, comentaremos, discutiremos, relacionaremos la poesía con los diferentes momentos de la vida del soldado poeta, esperando con ello crear un espacio de memoria antifascista.
CÓMO HACER USO DEL BLOG:
Todes podéis enviar contenido para ser publicado en las diferentes secciones, siempre y cuando os hagáis responsables firmando vuestros escritos y dejando una forma de contacto a les administradores del blog. El contenido y los datos lo podéis enviar a: diezsombrerosenlahistoria@gmail.com y robeymate@hotmail.com.
Les administradores somos Rober y La jardinera de las trece rosas.
Para la creación de contenido os rogamos utilicéis bibliografía y la dejéis escrita al final de vuestro artículo. Si enviáis algo de creación propia integral, poemas, canciones, vivencias relacionadas con Miguel Hernández y su obra, experiencias docentes..., hacedlo firmando con un pseudónimo e indicando una fecha relacionada con vuestra creación: cuándo sucedió el hecho al que hace alusión, cuándo la realizasteis o terminasteis.
CONTENIDO DE LAS SECCIONES:
-Testimonios: aquí podéis editar vuestras creaciones, vivencias, referencias artísticas o anécdotas de las que tengáis noticia relacionadas siempre con el desarrollo de la vida y obra de Miguel Hernández a través del espacio y del tiempo.
-Altavoz del Frente Sur: sección dedicada en exclusiva a esta publicación en atención a la importancia que tuvo en la lucha contra el fascismo. Se admite todo lo relacionado con ella, más allá del tiempo de participación escrita o radiada del poeta.
-El Frente: todo lo relacionado con la lucha del Frente Republicano y de la Revolución que durante la Guerra Civil se gestó. Hacemos especial hincapié en el estudio de la labor propagandística y periodística de guerra, íntimamente relacionada con uno de los usos del arte.